¡Oh, San Maximiliano María Kolbe!
Fiel seguidor de san Francisco
de Asís,
y proclamado
protector de este nuestro difícil siglo,
tú que encendido en el amor de Dios
viviste practicando las virtudes
más heroicas
y con ardor luchaste contra las injusticias,
contra los males, confusiones y desvíos,
y proclamaste con fuerza y valor
la supremacía de
la verdad y del amor
sobre el error y el
odio,
vuelve tu mirada a nosotros, tus devotos,
que confiamos en tu intercesión.