¡Oh Dios, refugio y fortaleza nuestra!,
mirad favorablemente al pueblo que llama a Vos,
y por la intercesión
de la Inmaculada y gloriosa Virgen María,
del poderoso y bienaventurado San Jorge
y de todos los ángeles y Santos,
escuchad con misericordia y bondad nuestras oraciones
para la conversión de los pecadores
y para que se domine la envidia y la maldad.
Poderoso San Jorge, defiéndenos en el combate,
sed nuestro socorro contra la malicia,
el odio, la venganza y la traición,
la envidia, la injusticia y el rencor,
los celos, los chismes, las intrigas y las difamaciones,
así como de hechicerías, maleficios, conjuros
de brujerías y magia negra,
de los malos espíritus
y de las muchas tentaciones del demonio.