Oh Don Bosco Santo,
cuando estabais en esta tierra
no había nadie que acudiendo a Vos,
no fuera, por Vos mismo,
benignamente recibido,
consolado y ayudado.
Ahora en el cielo,
donde la caridad se perfecciona
¡cuánto debe arder vuestro gran corazón
en amor hacia los necesitados!