Padre Celestial,
Padre Misericordioso,
en estos tiempos de egoísmo y de envidias
en los que se ha
olvidado la fraternidad,
la caridad y la
bondad,
te pedimos
humildemente que como hijos tuyos
seamos liberados
de esos dos grandes males
que aquejan al
mundo entero,
ya que como dijo
San Juan de la Cruz,
al final “seremos juzgados en el amor”.