Oh! Santa Martha bendita,
mujer fuerte y poderosa,
virgen dominadora de la
serpiente,
que salvasteis en África a un
niño de segura muerte
que estaba envuelto por una
serpiente
y al cual Dios, por intercesión de Santa Martha,
le concedió al niño,
que por medio del toque de un clarín
o silbato
pudieran acercarse a salvarlo respetando
su inocencia.