Oh glorioso San Gerardo,
amante y fiel seguidor de Cristo,
perfecto imitador de tu Manso y humilde Salvador
y devoto hijo de la Madre del Señor,
tú, poderoso
intercesor
delante del trono
de Dios,
tú que haces
maravillas en nuestros días,
yo te invoco, te suplico
y humildemente solicito
tu auxilio.