Padre Eterno, Padre
de Misericordia,
Padre mío, Dios
Creador del universo,
dígnate, Dios Todopoderoso,
bendecir este
fuego
para que sea símbolo
para que sea símbolo
de la presencia
del Espíritu Santo
y de la llama de
amor viva que arde
en el Sagrado
Corazón de Jesús,
en el Inmaculado
Corazón de María
y en el Castísimo
Corazón de san José.