¡Santa Teresita del Niño Jesús!
Gloriosa niña
llena de amor y dulzura,
durante tu corta
vida en la tierra
llegaste a ser espejo de pureza angélica,
de amor fuerte como la muerte
y de total abandono en manos de Dios.
Ahora que gozas de las recompensas de tus
virtudes,
vuelve hacia mi tus ojos de misericordia,
pues yo pongo toda mi confianza en ti.