Querido Santo,
purifica mi corazón,
transfórmalo y hazlo semejante al tuyo,
infunde en mí tu fervor,
tu sabiduría y tu fe.
Muestra tu bondad ayudándome
y yo me esforzaré en imitar tus virtudes.
Amable protector mío,
el estudio frecuentemente me resulta difícil,
duro y aburrido.
Tú puedes hacérmelo fácil y agradable.
Esperas solamente mi llamada.
Yo te prometo un mayor esfuerzo en mis estudios
y una vida más digna de tu santidad.
¡Oh Dios!,
que dispusiste atraerlo todo a tu unigénito Hijo,
que dispusiste atraerlo todo a tu unigénito Hijo,
elevado sobre la tierra en la Cruz,
concédenos qué, por los méritos y ejemplos
de tu Seráfico Confesor José,
sobreponiéndonos a todas las terrenas concupiscencias, merezcamos llegar a Él,
que contigo vive y reina
por los siglos de los siglos.
Amén.
Rezar tres Padrenuestros, tres Avemarías y tres Glorias.
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