domingo, 30 de junio de 2013

ORACION AL SAGRADO CORAZON DE JESUS PARA GRAVES NECESIDADES



Oh Divino Jesús que dijiste:
«Pedid y recibiréis;
buscad y encontraréis; 
llamad y se os abrirá;
porque todo el que pide recibe,
y el que busca encuentra,
y a quien llama se le abre».

Mírame postrado a tus plantas suplicándote
me concedas una audiencia.

Tus palabras me infunden confianza,
 sobre todo ahora que necesito que me hagas un favor: 



 Ayúdame a conseguir:

(hacer la petición)

¿A quién he de pedir, sino a Ti,
 cuyo Corazón es un manantial inagotable
 de todas las gracias y dones?

¿Dónde he de buscar sino en el tesoro de tu corazón,
 que contiene todas las riquezas
 de la clemencia y generosidad divinas?

¿A dónde he de llamar sino a la puerta
 de ese Corazón Sagrado,
 a través del cual Dios viene a nosotros,
 y por medio del cual vamos a Dios?

A Ti acudimos, oh Corazón de Jesús,
 porque en Ti encontramos consuelo,
 cuando afligidos y perseguidos pedimos protección;
 cuando abrumados por el peso de nuestra cruz,
 buscamos ayuda;
 cuando la angustia, la enfermedad,
las graves necesidades,
 la pobreza, el desamor,
 el miedo o el fracaso
 nos impulsan a buscar
una fuerza superior a las fuerzas humanas.

 Creo firmemente
 que puedes concederme la gracia que imploro,
 porque tu Misericordia no tiene límites
 y confío en que tu Corazón compasivo
 encontrará en mis miserias,
en mis tribulaciones y en mis angustias,
un motivo más para oír mi petición.

Quiero que mi corazón esté lleno de la confianza
 con que oró el centurión romano en favor de su criado;
 de la confianza con que oraron las hermanas de Lázaro,
 los leprosos, los ciegos, los paralíticos
 que se acercaban a Ti
 porque sabían que tus oídos y tu Corazón
 estaban siempre abiertos para oír
 y remediar sus males.

 Sin embargo...
 dejo en tus manos mi petición, 

(repetir lo que se desea conseguir), 

 sabiendo que Tú sabes las cosas mejor que yo;
 y que, si no me concedes esta gracia que te pido,
 sí me darás en cambio
 otra que mucho necesita mi alma;
 y me concederás mirar las cosas,
 mi situación, mis problemas, mi vida entera,
desde otro ángulo,
 con más espíritu de fe.

 Cualquiera que sea tu decisión,
 nunca dejaré de amarte, adorarte y servirte,
 oh mi buen Jesús.

Acepta este acto mío de perfecta adoración y sumisión
 a lo que decrete tu Corazón misericordioso.

Amén.

Rezar el Credo, tres Padrenuestros y Gloria.
Sacratísimo Corazón de Jesús, en Vos confío. (3 veces). 

Repetir la oración y los rezos tres días seguidos. 


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