Mi muy amado Santo Niño de Atocha
en esta hora de aflicción:
te alabo, te glorifico,
te santifico con todo mi corazón,
y te doy esta oración para que tu,
en recuerdo del amor puro
que supiste entregar a María,
tu Santa e Inmaculada Madre
y al Santo y Bondadoso José,
tu Padre protector en la tierra,
des paz y alivio a mi turbado corazón.
Aumenta mi amor por Ellos
y haz que, junto a tu amor,
los mantenga dentro de mí,
para siempre en esta vida,
y de esta forma lograr
la eterna salvación de mi alma.
Te ruego te apiades de mí
y también me concedas prontamente
lo que te pido en este momento de desesperación:
(hacer la petición)
Dulcísimo y Milagroso Niño de Atocha,
Tú que eres el hijo de Dios
y el gran consuelo de aquellos
que humildemente recurrimos a ti,
no me dejes solo en este difícil trance,
te ruego que escuches y atiendas mi súplica.
Bondadoso y Milagroso Niño de Atocha,
se mi guía en las dificultades de la vida,
mí consuelo en los días de aflicción,
y no dejes de darme tu santa protección.
Amén.
Rezar fervorosamente el Credo,
la Salve y el Acto de Contrición.
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