¡Oh milagroso San
Hilarión!,
que por el gran
poder que teníais,
durante vuestra
vida mortal,
en resolver recta
y extraordinariamente
los más
irrealizables hechos,
Jesucristo os
constituyó
"Abogado en
las cosas difíciles",
y por las palabras
de consuelo
y el sin número de
milagros que hicisteis
en favor de los
tristes,
de los desesperados, de los perseguidos,
de los endeudados, de los mas necesitados
y de los que
sufren carencias,
Jesucristo os
constituyó también
en "Protector
de los afligidos y atribulados",
venid en mi ayuda,
secad las
ardientes lágrimas de mis ojos,
fatigados de tanto
llorar,
a causa de tantas
penas y tribulaciones
como agobian mi
alma.
¡Santo mío!,
Glorioso san Hilarión,
no me olvides en esta dura situación,
socorredme os ruego en esta aflicción:
(hacer la petición),
dadme valor y
fuerzas
para no
desfallecer
en la lucha triste
y miserable de la vida,
si no la consuela
Cristo Jesús.
Miradme, ¡oh feliz
anacoreta del desierto!,
con ojos
compasivos
y alcanzadme la
gracia que os pido en esta oración,
si ella no se
opone a la salvación de mi alma.
Así sea.
Rezar tres Padrenuestros, tres Avemarías y tres Glorias.
Hacer la oración y los rezos tres días seguidos.
Hacer la oración y los rezos tres días seguidos.
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