¡Oh santo Ángel de
la paz nocturna!
¡Querido Ángel de los sueños buenos y tranquilos!,
¡Querido Ángel de los sueños buenos y tranquilos!,
Ángel que vigilas
la noche y su oscuridad,
hoy que me siento deprimido, angustiado y triste
y que necesito tu aliento
y auxilio,
escucha
mi ruego al Señor
Padre mío, ahora
que las voces se silenciaron
y los clamores se
apagaron,
aquí al pie de la
cama mi alma se eleva hasta ti,
para decirte que
creo en ti, espero en ti,
te amo con todas
mis fuerzas,
¡Gloria a ti Señor!
Padre mío,
Padre mío,
necesito que envíes
el Ángel de la Paz a esta casa,
yo lo recibiré
con los brazos abiertos
y con su presencia
me sentiré acompañado,
seguro y
tranquilo, confortado y aliviado,
me ayudara a olvidar
mis desesperanzas y miserias,
y mis penas y
problemas que son muchos.
Deposito en tus
manos la fatiga y la lucha,
las alegrías y
desencantos de este día que
quedó atrás.
Si los nervios me
traicionaron,
si los impulsos
egoístas me dominaron,
si permití la
entrada al rencor o a la tristeza,
perdón Señor.
Ten piedad de mí.
Si he sido infiel,
si pronuncié
palabras vanas,
si me dejé llevar
por la impaciencia,
si fui espina para
alguien, perdón Señor.
No quiero esta
noche entregarme al sueño,
sin sentir sobre
mi alma la seguridad de tu Misericordia,
tu dulce Misericordia,
enteramente gratuita, Señor.
Te doy gracias,
Padre mío,
porque has sido la
sombra fresca
que me ha cobijado
durante todo este día.
Te doy gracias
porque,
invisible,
cariñoso, envolvente,
me has cuidado a
lo largo del día.
Padre mío, te doy
las gracias
por los favores
concedidos durante la jornada,
gracias por el
sueño reparador que me darás;
por ello, envía el Ángel de
la Paz a mi casa
para que vele por
mi durante la noche,
para que me
defienda de dudas y temores,
para que aleje pesadillas
y malos sueños
Señor, a mi
alrededor ya todo es silencio y calma.
Envía el Ángel de
la Paz a esta casa.
Relaja mis nervios sosiega mi espíritu,
Relaja mis nervios sosiega mi espíritu,
suelta mis
tensiones,
inunda mi ser de
silencio y serenidad.
Vela sobre mí,
Padre querido,
mientras me
entrego confiado al sueño,
como un niño que
duerme feliz entre tus brazos.
En tu nombre
Señor, y con el Ángel de la Paz a mi lado,
estoy seguro que descansaré
tranquilo.
Amén.
Rezar tres Padrenuestros, tres Avemarías y tres Glorias.
Repetir tres noches seguidas.
Rezar tres Padrenuestros, tres Avemarías y tres Glorias.
Repetir tres noches seguidas.
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