¡Oh Ángel
benignísimo de mi guarda, tutor mío!
Maestro, guía, cuidador, defensor,
sapientísimo consejero y fidelísimo amigo mío,
a quien estoy encomendado por la bondad del Señor
a quien estoy encomendado por la bondad del Señor
desde el punto en que nací,
hasta la postrera hora de mi vida,
¡cuánta reverencia os debo,
¡cuánta reverencia os debo,
sabiendo que estáis presente donde estoy!
por el amor con que miráis por mí!
¡y qué gran confianza debo tener
¡y qué gran confianza debo tener
teniéndoos a mi lado, para mi defensa!
Pues, enseñadme Ángel Santo:
Pues, enseñadme Ángel Santo:
amparadme y guiadme por el camino derecho y seguro
a esa Santa ciudad y no permitáis
que yo haga en vuestra presencia cosa que os ofenda
que yo haga en vuestra presencia cosa que os ofenda
y que no me atreviera a hacer sin vergüenza
delante de otro hombre como yo;
presentad mis deseos y miserias al Señor,
presentad mis deseos y miserias al Señor,
mis carencias y necesidades,
mis dolores y pesares,
mis miedos y
dificultades,
mis problemas y
angustias.
Alcanzadme el remedio de ellas,
Alcanzadme el remedio de ellas,
pedid al Señor, todo Amor y Misericordia,
que me ayude en su infinita Bondad
y me conceda lo que necesito:
(hacer la petición).
Ángel benignísimo de mi guarda, tutor mío,
préstame tu mano amiga,
dame tu auxilio, cuidado, defensa y protección.
Amén. +
Amén. +
Rezar tres Padrenuestros, tres Avemarías y tres Glorias. Decir la oración y los rezos tres días seguidos.
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